Hola, me llamo Germán Muñoz, soy fotógrafo de “La Fotogénika”, y ayudo mediante mi trabajo a que las familias puedan crear y guardar los recuerdos de una época muy importante en la vida de sus hijos y que por desgracia pasa demasiado deprisa. Más de 10 años de experiencia en la que estoy ayudando a muchísimas familias a llenar el cajón de su memoria con los recuerdos de la infancia de sus hijos. Puedes encontrarme en Linares, pero trabajo por toda la provincia de Jaén y parte de Andalucía Oriental
Siempre pensé que me dedicaría a ayudar…
… pero desconocía que sería fotógrafo.
Te contaré cómo entendí que había nacido fotógrafo: para todos es conocido que hacer fotografía no es algo fácil. Ni barato. Desde pequeño tuve la inquietud por mirar y por ver, pero también la de convertirme una herramienta de ayuda a los demás. Al mismo tiempo, quería tener mi propia visión de la vida para intentar hacer algo distinto, para cambiar aquello que no me gustaba y, sobre todo, para apoyar a quien lo necesitara.
Veo el mundo de otra manera con mi cámara fotográfica en la mano.
Pero si tenía una cámara de fotos en la mano la cosa cambiaba, veía el mundo de otra manera. Ya no me refiero a observar la vida de forma bohemia, como un “artista” de la generación del 76, ni nada parecido. Más bien al contrario, siempre he entendido que ese arte de hacer fotografía tenía que estar a la fuerza relacionado con mi perfil de “ayudador de personas”, con sólo conseguir que la gente quedara contenta con alguna foto hecha por mí, aunque estuviera borrosa, o movida, oscura… me daba igual, yo me ponía contento.
Eso sí, una cámara de fotos era (es) algo caro (muy caro), y veía el hacer fotografía como algo muy lejano, casi inalcanzable, algo realmente “difícil” para mi. Pero qué va. Difícil es tocar la guitarra o hablar en suajili (o como se diga). Sólo había que proponérselo.
Mi padre tenía una cámara réflex de carrete, y a él le encantaba retratar los momentos familiares más importantes del año… siempre que se acordara de poner carrete. Era un tipo muy apasionado en todo lo que hacía, y creo que de ahí me viene mi forma tan sentimental de hacer las cosas y mi pasión por esta profesión.
El tipo de fotografía que me gusta hacer, a la que me suelo dedicar, y que podemos enmarcar dentro de la fotografía social es, bajo mi punto de vista, una disciplina muy personal en la que cabe un cierto matiz de “libertad” a la hora de afrontar los conceptos a fotografiar. El estudio y la observación del ser humano en sus diferentes momentos, analizar a las personas y sacar lo mejor de cada una desde mi propia perspectiva.
Monitor deportivo, maestro, padre, tito…
El trabajar con niños y adolescentes desde hace más de 25 años es una de mis mejores tarjetas de presentación; ser monitor deportivo, maestro, padre, tito… me ha hecho llegar a poder interpretar esas personalidades y enfocarlas en conseguir buscar esas píldoras de felicidad para las familias… los recuerdos de momentos efímeros.
¿Qué pasaría si al hacer una fotografía con mi cámara realmente robara tu alma? Pues que hoy por hoy tendría miles, casi millones de almas dentro de la mía. Eso significaría que lo sabría todo. Que sería sabio.
Estudié una carrera para ayudar: pensé que el Trabajo Social era lo que me realizaría como persona. Pero lo que en realidad me llena son las personas. Sacar lo mejor de ellas, mirar el alma desde fuera. Desde que empecé a hacer fotografía, me encanta el retrato, de hecho me autodenomino fotografodepersonas.
Comencé como fotógrafo cofrade
Como digo, mi experiencia vital está muy relacionada con el trabajo con los niños y adolescentes en diferentes ámbitos, pienso que poder conectar de forma empática con los chicos y chicas es bastante difícil. No es sencillo ser capaz de conectar con ellos. Además, se añade la particularidad de la situación o evento que se quiere conseguir fotografiar.
Mi “vena artística” comenzó a surgir de forma más evidente y efectiva cuando mi adolescencia estaba acabando y mi juventud acababa de empezar. Me planteé algunos retos a los que quería llegar, como ser capaz de generar un recuerdo para siempre. Aún no tenía claro cuál quería que fuera el objetivo para mi objetivo. Y empecé como fotógrafo cofrade. Según decían, se me daba muy bien. Y a la gente le gustaba (y le gusta) y me animaban a seguir. Así que yo seguí.
Al poco tiempo, alguien llegó y me preguntó que si le quería hacer las fotos a su hijo, que hacía su primera comunión. Propuesta que, obviamente, acepté. Poco a poco empecé a ver cuál era ese objetivo que decía antes.
Lo importante en cada una de mis fotografías es la persona, el alma. En cada una reflejo las influencias de estilos de otros, creando un batido de píldoras de amor.
En los últimos 10 años son innumerables los momentos que he ayudado a las familias a crear preciosos recuerdos de momentos muy importantes, y mirando bien, se pueden intuir algunas de las influencias que, como persona y como fotógrafo, he ido recibiendo, centradas en el minimalismo y en el tratamiento de la luz, de la manera que sea, con encuadres diferentes, y en hacer, fundamentalmente, un tipo de fotografía “a mi manera”, pero siempre enfocado a que las familias sean quiénes modelen esos recuerdos.
Guardaremos los recuerdos esenciales en vuestras vidas
Lo importante en cada foto es la persona, intentando reflejar los aspectos emocionales de las personas a través del retrato, creando un estilo propio que, a su vez, esta lleno de influencias de estilos de otros. Un batido de recuerdos con píldoras de amor; y más aún teniendo en cuenta que los chicos están en un momento en el que casi rozan ya la pre-adolescencia, y que en breve dejarán de ser niños. Por eso es tan importante para las familias guardar éstos recuerdos tan esenciales en sus vidas. Desde aquí también agradezco a quienes confían en mi manera de trabajar la oportunidad de hacerlo.
Dicho todo esto, tengo que decirte que estoy muy contento porque, si has leído hasta aquí, es porque has sentido una cierta conexión con mi trabajo y te has podido imaginar apareciendo en mis fotos junto a tus hijos. En serio, no hay mejor cumplido que pueda recibir de una familia que confía en mí para documentar su historia de vida, en cualquiera de sus etapas.
Quiero capturar todo con mi cámara de fotos.
Lo primero es lo primero y tenemos que encajar bien ya que yo deseo ser más que un fotógrafo vuestra familia. ¿Qué significa eso? Fácil, significa que tanto tus hijos como vosotros, los padres, debéis sentiros libres y a gusto conmigo, estaré capturando el caos, documentaré lo perfecto y lo imperfecto, los momentos que queréis que vea y a veces los que no, pero mi intención es, os lo digo desde ya, que quiero capturarlo todo.
Quiero capturar la imagen de tu hijo al principio de la sesión de comunión besando tímidamente tu mejilla. También quiero ver como juega con su perro o patea un balón mientras le regañas para que no se ensucie. Quiero capturar recuerdos de fotos en familia porque estos niños y niñas crecen a una velocidad pasmosa.
Pero también quiero presenciar vuestra reacción la primera vez que veáis el resultado final de mi trabajo. En resumen, quiero capturar todo tipo de emoción.
Quiero documentarlo todo y ser más que un simple fotógrafo. Quiero que me sintáis cercano, como un buen amigo al final del reportaje, que “ésta no quite otra” y que volvamos a hacer juntos otro reportaje.
Muchas gracias por pensar en mí para documentar parte de vuestra vida.
Poco más que añadir, espero que ésta humilde muestra de mi trabajo guste y sea de vuestro agrado. Como dice mi slogan, yo pongo “TU ALMA EN IMÁGENES”. De eso se trata.
Aún me quedan muchas almas por fotografiar. ¿Quieres ser tú una se ellas?